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César durante su estancia en Nigeria el verano pasado
Entrevista: Margarita Martínez
Esta semana su fotografía y declaraciones han acaparado los medios de comunicación a nivel internacional. La explosión mediática le tiene desbordado, ya que no está acostumbrado a las grabadoras y los flashes. La detección del primer caso de ébola en Europa, el de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, ha puesto al biológo español, César Muñoz-Fontela, en el ojo del huracán.
Y no es para menos, ya que se trata del investigador principal del Laboratorio de Virus Emergentes del Instituto Heinrich Pette de Hamburgo (Alemania), quien ha ensayado con ratones un fármaco antiviral, que es uno de los tratamientos experimentales que se han aplicado a Teresa Romero.
Lo que no ha aparecido en medios internacionales es la vinculación de César Múñoz-Fontela con Aranjuez. Aunque nacido en Ferrol, César vivió su adolescencia en el Real Sitio, ya que se trasladó aquí con su familia cuando tenía catorce años.
En Aranjuez estudió en el instituto de bachillerato Doménico Scarlatti y de ahí paso a la Universidad Complutense de Madrid, donde cursó la carrera de Biología. Su futuro ya estaba entonces muy claro, porque su tesis doctoral versó sobre inmunidad contra virus.
Después llegó una estancia postdoctoral en Nueva York de dos años, que se prolongarían hasta seis, estudiando el virus de la gripe y el del ébola. Hasta que llegó el traslado a la ciudad alemana de Hamburgo, donde vive en la actualidad y dirige su propio laboratorio, uno de los que integran el Instituto Heinrich Pette.
César tiene en la actualidad 39 años y vive en Hamburgo con su mujer y sus dos hijos, quienes en estos momentos soportan las ausencias de César, dedicado sin descanso a investigar fármacos y tratamientos contra el ébola, recibiendo y comparando las muestras que llegan del laboratorio móvil europeo.
Por ello, escucha perplejo las afirmaciones que plantean que Europa no está haciendo lo suficiente para frenar la pandemia del ébola. “Europa se sitúa en estos momentos a la cabeza de la investigación del ébola, de hecho la mayoría de los diagnósticos de África se han hecho a través del laboratorio móvil europeo".
Él mismo estuvo en Nigeria cuando empezó la epidemia; ahora hay más equipos en los laboratorios de Guinea y Liberia.
El laboratorio móvil, financiado por la Unión Europea, se dedica a realizar diagnósticos de los casos de ébola en África y "nosotros tratamos de contestar a la pregunta del millón, la de por qué unos pacientes sobreviven y otros no".
En el laboratorio que dirige en Hamburgo el investigador español afirma que "tratamos con virus altamente patogénicos y estudiamos cómo es la respuesta en animales".
El procedimiento que siguen los investigadores consiste en "analizar las muestras que preceden de África, observando los parámetros en sangre, cómo es la respuesta inmune, si se han desarrollado anticuerpos y encontrar los marcadores de inmunidad".
Estos últimos permiten “predecir hasta cierto punto si un paciente se va a recuperar o no, si va a desarrollar la enfermedad o no".
El siguiente paso es comparar los datos inmunológicos obtenidos en humanos con los obtenidos en modelos animales, y a partir de ahí "intentamos aplicar el desarrollo de nuevos fármacos y tratamientos".
Hasta ahora el laboratorio ha experimentado con modelos de ratón, a los que se aplicó el fármaco favipiravir, uno de los tratamientos que se han suministrado a la auxiliar Teresa Romero.
Todos los ratones infectados con ébola sobrevivieron tras aplicarles este antiviral.
La empresa japonesa Toyama Chemical,que patentó el favipiravir, que se aplica a enfermos de gripe, cuyas características coinciden en algunos aspectos con el ébola, está trabajando para que dicho fármaco se pueda suministrar por vía intravenosa.
"Es importante lograr que el fármaco se pueda suministrar por vía intravenosa, ya que los pacientes de ébola, al tener fuertes diarreas, toleran peor la vía oral", asegura Muñoz-Fontela.
La ventaja del fármaco, según el biólogo español, es que "ya ha pasado la fase de prueba en seres humanos para descartar su toxicidad, lo que nos permite pasar a la segunda fase preclínica con monos y luego a la fase tercera con humanos".
Sin embargo, a pesar de que el laboratorio trabaja bajo una gran tensión, "desde que se detectó el ébola en marzo estamos las veinticuatro horas trabajando", es difícil predecir cuándo se podrá utilizar el fármaco en seres humanos, "porque en estas cuestiones también pesan las decisiones organizativas y económicas".
Pero hasta que eso suceda existe la posibilidad de aplicar la llamada "vía compasiva", que consiste en plantear al paciente la posibilidad de utilizar fármacos experimentales.
En el caso del favipiravir, éste debe suministrarse en dosis muy altas, dado que hasta ahora solo se ha probado en ratones, "pero deben ser los médicos los que hagan los cálculos".
César Muñoz-Fontela vive lo que está pasando en España "con gran preocupación y esperando que pase lo mejor, de hecho, me he ofrecido a ayudar en lo que pueda y estoy en contacto permanente con mis colegas españoles", explica.
Desde que se originaron los primeros casos en África, el pasado mes de marzo, César no ha podido venir a Aranjuez, donde vive su familia. Su padre, Miguel Muñoz, es el presidente de la Asociación de Amigos de la Ópera.
“En Navidades suelo ir a Aranjuez y procuro hacerlo más veces, pero ahora es imposible. La verdad es que lo echo muchísimo de menos.
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